viernes, 4 de marzo de 2011

Equivocada.

Una noche, una casa, una pava, un vaso, un papel, una lapícera, la Biblia, un mazo de cartas, y un poco de yerba.
Así y en orden alternado empezó la charla. Creo que fue una de las mejores charlas que tuve en todo el verano. De esas que te dejan, pensando toda la mañana, porque claro está, en algún momento tiene que amanecer.
De algo estoy segura. Te tengo que dejar ir. Me aferré a vos. Pensé que te conocía, sólo por cruzarte tres veces en el boliche y decirte todo. Y ahora que me pongo a pensar, ( Que me hicieron pensar) tampoco es verdad, todo lo que te digo. Me tengo que dejar de mentir. Y te tengo que dejar de mentir. 
Fuiste parte de una historia que yo sola me invente, para no ver la cruda realidad. 
Y pensar que tan solo en menos de dos horas, ellas me lo dijeron tan simple. "Estoy aferrada a mi pasado, y no a vos". Es mi pasado que me condena y que no me deja convivir con el presente.
No puedo forzar las cosas, y menos con vos que no te conozco.  Así de simple, no te conozco y me causa porque es verdad. No sé lo que me pasó, no sé porque te eleji a vos. 
Y ahí es donde entra otro punto de la conversación. ¿Es el destino que lo quiso así? Por algo no se dio. 
Ya está escrito el destino de cada uno, de eso estoy segura. Pero ahora, lo que sé, es que uno lo puede modificar. No me preguntes como sé. Pero lo sé.  
De esta manera, te dejo, te suelto, te libero. Así puedo, empezar a vivir. O mejor dicho comenzar a desprenderme de mi pasado.
Capaz que en este momento no se dio, capaz que no tenías que ser vos. Capaz no eras mi destino. 
Perdiste el papel de protagonista de esta historia, y sin querer me lo cediste a mi. Entonces ahora soy yo, quien empieza a armar su historia, MI VERDADERA HISTORIA.


P.D.: Doy gracias a Dios, que tengo personas a mi lado, que de una forma u otra me ayudan.


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